domingo, 4 de marzo de 2012

MAESTROS(A) SEAN BIENVENIDOS(A) A MI FORMACIÓN DE FUTURO DOCENTE DE ERE.

Se dice generalmente que: “una experiencia sin práctica es ciega”. Pues, el hecho de escuchar y compartir con estos maestros(a) fortalece, dinamiza la práctica que estoy llevando en la Institución Marista. Ser maestro(a) es una vocación que requiere mucha responsabilidad y compromiso, el ser y el quehacer del maestro(a) muestra claramente el amor y la pasión para cumplir con esta misión tan noble que es formar al ser humano.

Las experiencias narradas por cada uno(a) de ello(a) me quedó gravada y me ayudó a superar las crisis de  diferenciación entre: ERE Y CATEQUESIS; en el  mundo de hoy, con  mentalidades   de descristianización  todavía se permite dictar clase de  ERE como saber dentro de tantos otros como interés que el gobierno tiene en la formación de sus conciudadanos.

La ERE  es un saber, una disciplina que requiere planeación planificación y reflexión, entonces para transmitir este saber, se necesita la idoneidad del maestro, con grandes capacidades de interdisplenariedad para dialogar con  otros saberes, es decir, dar una formación al estilo circular para que el joven tenga la posibilidad de descubrir una comunicación unilateral desde los diferentes ámbitos de su formación como un conjunto de saberes que le conlleva a la madurez humana de su personalidad.

 La ERE sirve de articulación para que los jóvenes vayan indagando sobre  su ser religioso, y madurando los signos que se les comunica para darse cuenta del acontecer de Dios en la vida de cada uno de ellos(a). Por eso, se necesita en cada etapa temas específicos que corresponden al proceso del desarrollo de los jóvenes: humano, psicológico e intelectual de ello(a).

A veces encontramos jóvenes de últimos años de secundaria que tienen un rechazo radical a esta asignatura, pero eso no puede desmotivar al docente de ERE, más bien comprender las crisis existenciales que ellos(a) manejan en la actualidad para seguir construyendo con ellos(a) su formación personal y comunitaria a través de sus sugerencias. La ERE, es la única materia que da el espacio a los jóvenes para que logren expresar sus inquietudes religiosas y ser atendidas para seguir creciendo en el amor de su ser interior; en la misma línea; el docente de ERE tiene que ser una persona abierta y cultivada para facilitar este proceso de búsqueda en la formación de los jóvenes.

Es bueno saber que la ERE no es dictar conceptos de catequesis a los jóvenes, más bien, es un escenario donde se construyen reflexiones que abarcan la totalidad del hombre o mujer que reconoce que Dios es un ser transcendente que se necesita reflexionar desde sí mismo para crecer en un amor perfecto.  

Sería bueno que el docente de ERE tenga la capacidad de motivar a los jóvenes a investigar sobre los hechos religiosos que sean factibles para  su crecimiento  como seres humanos en lugar de ir  dictando conceptos teológicos  que ellos(a) no comprenden los contenidos, y eso generaría o aportaría a dinamizar las identidades juveniles de nuestra sociedad.

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