jueves, 24 de mayo de 2012

¿Qué desafíos nos plantea la virtualidad en la educación y en la ERE? ¿Qué implica para el teólogo docente el mundo de la virtualidad?

La educación en la actualidad está inmersa de las nuevas tecnologías de la comunicación social, así que, la virtualidad sin querer queriendo, es un gran apoyo que permite romper con las viejas tradiciones o costumbres de maestros tradicionales que eran los únicos investigadores, para llegar hoy a un espacio de saberse compartido. (Docente-formando). En la antigüedad el docente tenía, el papel de trasmisor de conocimiento y está en el alcance de los saberes, pero en la actualidad la concepción del maestro tradicional fue totalmente cambiante, por el desarrollo que ha tenido los avances a nivel educativo, cobra relevancia decir que la educación moderna presenta un desafío a nivel estructural, según los nuevos tiempos. Es imposible para un profesor de Biología o Química, dictar clases teóricos sin tener prácticas en el laboratorio, pues con las nuevas generaciones lo más llamativo para ellos sería las clases prácticas que las teóricas; y esas herramientas virtuales ayudan verdaderamente a responder a los desafíos, sin embargo, hay que saber usarlos para que las clases sean más vivenciales. El teólogo docente tiene que asumir esos patrones para seguir investigando y enriquecer sus clases como los demás docentes, la ERE forma a los valores, eso quiere decir que la ERE no tiene que renunciar, al desarrollo tecnológico, sino acoger la virtualidad pero con responsabilidad educando a su bueno uso.

jueves, 10 de mayo de 2012

LA IMPORTANCIA DE LA EVALUACIÓN EN EL PROCESO DE ENSEÑANZA Y APRENDIZAJE

En nuestro que hacer pedagógico en el aula nos vemos enfrentados a la realidad de evaluar y evaluarnos cada día “nuestro” proceso de enseñanza y aprendizaje. Sí, “nuestro” porque no tenemos que sentirnos los docentes excluidos en este proceso ya que también va a la par con los estudiantes, porque el docente forma y educa y el estudiante se va formando y educando según nuestro modelo de enseñanza y aprendizaje. Son variadas o muchas las estrategias que utilizamos para este proceso de evaluación, sin embargo algunas de estas pueden funcionar y otras no teniendo en cuenta el contexto en el que estamos viviendo esta experiencia pedagógica. Entrar a evaluar un proceso de enseñanza y aprendizaje es una labor dispendiosa puesto que no se reduce a una evaluación cognoscitiva sino integral que abarque todas las dimensiones del ser. Lo anterior me permite definir que la evaluación en el proceso de enseñanza y aprendizaje no se debe trabajar con un sentido de normatividad que es un significado débil e inconcluso, debe tener un sentido constructivo, una opción para revisar y así generar un conocimiento de carácter retro-alimentador con criterios o elementos que sirvan para comparar y mejorar los procesos con eficacia, efectividad, pertinencia y viabilidad en toda acción pedagógica. Es importante saber que la evaluación se debe iniciar desde el contexto de los estudiantes a partir de un diagnóstico donde se permita observar las condiciones en las que se encuentran nuestros estudiantes evidenciando las problemáticas, intereses y necesidades. La evaluación debe ser continua y tener en cuenta los siguientes aspectos: Autoevaluación, heteroevaluación y coevaluación; estos tres aspectos deben estar acompañados del proceso cualitativo y cuantitativo. La observación es un elemento fundamental que permite evidenciar avances o retrocesos. En cuanto al aspecto de autoevaluación el estudiante reconoce sus limitaciones y posibilidades para su aprendizaje y se evalúa teniendo en cuenta criterios o acuerdos establecidos y concertados con el docente, esto lo lleva a una reflexión a que no vea la autoevaluación “que lo va a salvar” sino a un pacto serio que le sirva para mejorar su aprendizaje. En la heteroevaluación el docente evalúa teniendo en cuenta los parámetros conocidos que implementa y aplica, estos los debe conocer el estudiante para ponerlos en práctica en sus trabajos, actuaciones y rendimiento de su proceso enseñanza y aprendizaje; en este aspecto el estudiante también lo puede realizar hacía el docente ya que no se puede olvidar que la evaluación es un proceso para todos los agentes de una comunidad educativa. En el tercer aspecto la coevaluación es importantísima ya que ésta se aplica con todos y cada uno de los estudiantes permitiendo que el grupo participe y evalué los aprendizajes logrados y proporcionen la retroalimentación a sus compañeros para mejorar su calidad de aprendizaje, teniendo siempre en cuenta los criterios y acuerdos establecidos por todos (comunidad educativa). Como conclusión la evaluación en el proceso de enseñanza y aprendizaje ayuda a que una comunidad educativa trabaje con compromiso y responsabilidad; y el que hacer del docente sea siempre evaluar para el aprendizaje de la vida, formando hombres nuevos, líderes en valores, que tengan sueños y esperanzas de un mundo nuevo sirviendo a la humanidad.

jueves, 3 de mayo de 2012

¿Cuál es el significado y sentido de la autoridad pedagógica en perspectiva de un docente de ERE?

En nuestra práctica pedagógica nos vemos enfrentados a diario con realidades que confluyen en la escuela y que generan diferentes formas de relacionarse; es así como con gran preocupación vemos un creciente aumento en los índices de violencia, manifestada de manera física o verbal, con amenazas, hostigamiento, burla, acoso y muchas otras formas de agresión que se presentan en nuestros estudiantes y que por ende hacen que el clima escolar se torne tenso. Son muchas las estrategias implementadas por todos los agentes involucrados en el proceso de formación de los jóvenes; sin embargo muchas de estas estrategias se centran en el discurso y en ocasiones se percibe que éste no es lo suficientemente efectivo y pareciera que se agota sin alcanzar el objetivo propuesto, es decir, favorecer las relaciones interpersonales. El reto que se nos presenta entonces es romper con una serie de barreras culturales, transmitidas de generación en generación; donde los mismos padres han educado a sus hijos en contextos familiares violentos y agresivos, donde el entorno hace parecer que la única salida para resolver el conflicto es la violencia; podría decirse que la agresión se asume como una conducta normal para aplicar “justicia”. Ahora bien es importante llevar a nuestros estudiantes a reflexionar haciéndoles notar que el conflicto existe como parte de la vida humana, la recrea, forma a la persona, la madura, le exige desacomodarse de una situación y buscar otra nueva por tanto es inevitable; pero también como seres humanos estamos en capacidad de saber resolver estos conflictos de la mejor manera posible y hacerlo requiere unos “actos de convivencia”. Lo anterior lleva a realizar un trabajo en comunidad donde el valor de la palabra recobre su sentido; que la palabra del niño, maestro, padre/madre sea confiable, importante tener muy presente lo que decimos ya que la palabra tiene poder sobre los otros, sean positivas o negativas éstas dejan huella, marcan; por tanto debe haber un compromiso con lo que decimos y prometemos. Educar entonces en cuanto a la convivencia nos enseña a evitar o prevenir que los conflictos lleven a agresiones personales o a males de mayor envergadura, por ello crear herramientas de convivencia de carácter pedagógico es una forma de hacer que las relaciones humanas se den en sentido de valores, de buen vivir, de amistad, posibilitando la construcción de vivir en derechos como base de la democracia participativa como vivencia.